Practicar el turismo fluvial

Como maniobras para pasar por una esclusa requieren al menos la presencia de dos personas, la navegación en solitario no es posible. Por eso, hay que elegir con quién partir, sabiendo que lo ideal es un viaje con tres o cuatros adultos. De esta forma, también se compartirán los gastos.
En el caso de Francia los destinos no faltan. El turismo fluvial existe en casi todas las regiones: Mediodía francés, Centro, Borgoña, Bretaña, Países del Loira, Alsacia, Lorena, Picardía e Isla de Francia. La elección de un canal ha de hacerse en función de las preferencias personales y de la temporada.
Procurarse entonces las guías y los mapas de navegación correspondientes a la región escogida para preparar bien el recorrido. Pensar en las escalas y en los puntos de abastecimiento de gasolina, agua y alimentos. Escoger preferentemente un trayecto de ida antes que uno de ida y vuelta, pues este se hará más pesado a la vuelta.
El periodo más turístico es, por supuesto, el de las vacaciones de verano. Los precios de alquiler son pues más interesantes en temporada media, pero las condiciones climáticas pueden ser también más desfavorables.
Prever los gastos, teniendo en cuenta la duración, el número de personas y el modo de vida adoptado. No olvidar incluir las visitas turísticas, el carburante, las tasas de amarre y la electricidad durante las escalas.
Si no posee un barco propio, puede alquilar lo que se conoce como barco de recreo. Se trata de un barco motorizado de menos de 15 metros que puede acoger hasta una docena de personas y está enteramente equipado (pequeño salón, camarotes, cocina, cuarto de baño, etc.) No es necesario ser titular de un permiso de barco. El pilotaje de la embarcación es muy sencillo y las breves indicaciones del arrendador bastan para familiarizarse con el barco.
Para facilitar el reabastecimiento, prever un alargador de varias decenas de metros y un alargador de manguera con boquilla estándar.
Cerciorarse de poseer todos los documentos administrativos necesarios para navegar.
No descuidar el equipamiento personal. En particular, acordarse de coger:

Ropa para todo tipo de condiciones meteorológicas.
Calzado antideslizante
Guantes de plástico espeso para el cordaje mojado.
Un sombrero, gafas de sol y protección solar.
Un pequeño botiquín
Una herramienta multifunciones, una navaja de bolsillo
Una lámpara sumergible
Un barómetro
Un mechero, un sacacorchos y un abrelatas.

Consultar el pronóstico del tiempo antes de salir, ya que no se aconseja en absoluto la navegación en periodo de crecida.
Seguir las reglas de navegación, que son similares al código de carretera: Navegar por el lado derecho, adelantar por la izquierda, etc. En los cruces, el “descendente” tiene prioridad ante el “ascendente”.
Dar siempre prioridad a los barcos comerciales.
Reducir la velocidad en presencia de un barco más pequeño para evitar el oleaje.
Respetar los límites de velocidad (6 a 15 km/h según los canales).
Durante el paso de las esclusas, mantenerse a distancia, si las puertas se cierran, y dar prioridad a los barcos que salen. No avanzar hasta que las puertas estén totalmente abiertas y se haya dado la señal.
Respetar los horarios de navegación y sobre todo, no navegar de noche. De todos modos, hay que encender las luces de señalización por la noche o cuando hay niebla.
Utilizar el “arco marinero” cerca de los pilares del puente para evitar corrientes y remolinos.
El amarre del barco ha de efectuarse en los lugares indicados, y en ningún caso ha de obstaculizar la navegación de los demás barcos. Es mejor amarrar el barco a una estaca que a un árbol.
Para no contaminar el canal, utilizar exclusivamente los lugares indicados para el vertido de las aguas usadas y los residuos.

Fichas prácticas

Los preparativos

La navegación