Disfrutar de las excursiones

Ante todo, hay que cerciorarse de que se cuenta con el material apropiado para el tipo de excursión que se desea hacer. Esto es aún más importante para las marchas largas.

• Le mochila debe ser confortable y adaptarse bien a la fisonomía del excursionista. El volumen puede oscilar entre 10 y 70 litros, según las necesidades y la duración de la excursión.
• Como calzado, hay que llevar botas, y que sean suficientemente rígidas como para sujetar bien los tobillos, sobre todo si el recorrido es pedregoso o la mochila está muy cargada.
• Unos buenos calcetines bastante gruesos también son importantes para reducir los roces y evitar las ampollas. En tiendas especializadas también se venden calcetines reforzados.
• Elegir prendas adaptadas a la estación, previendo varias capas de forma que se puedan adaptar en función del ritmo, la transpiración, el tiempo y la altitud.
• Debe sopesarse bien la utilidad de cada objeto que se mete en la mochila en función de su peso. Estos son algunos de los objetos imprescindibles:

• Una gran cantimplora
• Un sombrero, gafas de sol y crema solar
• Una prenda contra la lluvia y el viento, y un forro polar
• Una bolsa de plástico para recoger los residuos
• Un botiquín de primeros auxilios
• Un teléfono móvil

• Para las marchas de varios días, disponer asimismo de material de camping, tan compacto y ligero como sea posible.
• Para facilitar el transporte de la mochila, existe un carro provisto de una rueda, para poder arrastrarlo, y de un pequeño arnés, para colocarlo en la espalda. Este sistema de ayuda para el transporte sirve para aliviar la espalda.
• Preparar un pic-nic si la comida forma parte del programa, y llevar frutos secos, galletas, chocolate o barras energéticas para recuperar fuerzas en el transcurso de la ruta.
• Si los medios lo permiten, un pequeño GPS móvil puede ser útil en los recorridos mal señalizados o muy aislados. Si no, una brújula siempre es un elemento precioso.
• Un bastón telescópico puede ser muy útil para facilitar la marcha en las pendientes pronunciadas, tanto para subir como para bajar.
• Si la marcha dura varios días, hay que comprobar la fiabilidad de todo el material, y tener una idea de las posibles reparaciones necesarias.

Como el equipamiento material no lo es todo, todavía hay algunas cosas que hay que preparar antes de lanzarse a los senderos.

• Evitar salir solo, sobre todo en las regiones de, riesgo, como la alta montaña.
• Definir el itinerario en función de la estación, el tiempo y la condición física de los caminantes. No hay que sobrestimarse demasiado, para tener la seguridad de poder terminar el recorrido o la etapa antes de la noche. No dudar en solicitar consejo a los organismos locales.
• Procurarse un mapa detallado del itinerario y trazar la excursión.
• Hacer acopio de azúcares lentos la víspera tomando arroz o pasta en la cena.
• Si es posible, comunicar a un amigo o a alguien de la familia que nos vamos de excursión, y darles una idea del recorrido y de la hora aproximada de regreso. Esto puede facilitar la búsqueda en caso de problemas. También se puede avisar a la policía de la zona. En cualquier caso, conviene llamarlos a la vuelta o en caso de retraso, para que no se preocupen.
• Consultar el tiempo justo antes de salir. Evitar salir a la montaña cuando el tiempo es inestable, ya que las tormentas pueden ser particularmente violentas y peligrosas en la naturaleza. Tener presente que el tiempo dista de ser una ciencia exacta, y que puede cambiar muy deprisa.

Para que la excursión sea un éxito, también hay que prestar atención a algunos detalles durante la marcha. Veamos algunos pequeños consejos que son espacialmente útiles sobre el terreno:

• Optimizar la carga de la mochila para ir lo más cómodo posible: los objetos pesados deben colocarse cerca de la espalda, los objetos de uso frecuente deben estar al alcance de la mano, y las correas no deben estar ni demasiado prietas ni demasiado flojas. Utilizar el cinturón para que una parte de la carga descanse sobre la pelvis.
• Hidratarse regularmente, con pequeñas cantidades pero con frecuencia. Hay que beber antes de tener sed. Entre otras cosas, esto evitar los calambres o, sencillamente, una pájara.
• Durante la marcha, consumir algunas provisiones con azúcar rápido (chocolate, frutos secos, barritas energéticas) permite recobrar la energía y evitar las crisis de hipoglucemia.
• Seguir la señalización y evitar alejarse de los senderos frecuentados. Comprobar regularmente el trayecto en el mapa, ya que algunas indicaciones pueden haberse borrado con el tiempo.
• No dudar en darse media vuelta si uno se siente perdido o si el tiempo se vuelve amenazador de repente.
• En caso de una tormenta inesperada en la montaña, descender rápidamente lo más abajo posible. Mantenerse alejado de los árboles solitarios y de las paredes rocosas húmedas. Comprobar que ningún objeto metálico sobresalga de la mochila.
• Esperar al final de la ascensión para reponer fuerzas, ya que cuesta mucho más reanudar el camino después de comer. Además, es mucho más agradable comer en la cumbre, ya que suele contar con las vistas más bellas.
• Recoger bien todos los residuos después de un alto y llevarlos consigo en una bolsa de plástico.
• Comportarse siempre con respeto en las regiones atravesadas pensando en sus habitantes, la fauna y la flora.
• Si los caminantes van acompañados de un perro, este debe ir atado en las zonas habitadas y en las zonas de riesgo (escarpes, caza, etc.)
• Durante la temporada de caza, pedir consejo a un cazador sobre la conducta que hay que tener. Un cazador suele ser el más indicado para indicar la mejor forma de continuar la excursión en las mejores condiciones, con la mayor seguridad y sin estorbar las batidas.
• Aunque el descenso sea por lo general más rápido que el ascenso, no por eso es menos cansado, sobre todo para las piernas. Por eso, es conveniente realizar paradas.